Hai uns anos, o teatro estaba reservado ós parlamentos, onde todo o mundo sabía que se actuaba ou, a miúdo, se sobreactuaba. Agora o teatro estendeuse ós executivos. Non creo que sobrevaloren o poder da comunicación. So están convencidos de que a comunicación é un instrumento importante para conseguir os seus fins. Amañar os problemas dos cidadáns? Non: procurar perpetuarse no poder. Se as cousas pintan mal, rectificar políticas? Non: Mellorar a comunicación, contar mellores mentiras.
martes, 15 de diciembre de 2015
Política e teatro
Hai uns anos, o teatro estaba reservado ós parlamentos, onde todo o mundo sabía que se actuaba ou, a miúdo, se sobreactuaba. Agora o teatro estendeuse ós executivos. Non creo que sobrevaloren o poder da comunicación. So están convencidos de que a comunicación é un instrumento importante para conseguir os seus fins. Amañar os problemas dos cidadáns? Non: procurar perpetuarse no poder. Se as cousas pintan mal, rectificar políticas? Non: Mellorar a comunicación, contar mellores mentiras.
viernes, 27 de noviembre de 2015
Noticia falsa de la muerte de Eduardo Galeano
Dicen que Eduardo Galeano murió el pasado mes de abril, pero no es cierto. Es una leyenda urbana propagada por los poderosos del mundo para que lo olvidemos pronto, para que no recurramos a él como faro que fue, como guía que es.
En "Días y noches de amor y guerra" nos cuenta cómo descubrió que estaba predestinado a ser un cazador de palabras: "Para eso había nacido. Esa iba a ser mi manera de estar con los demás después de muerto y así no se iban a morir del todo las personas y la cosas que yo había querido". Muchas cosas, muchas personas: los pobres, los desposeídos, los expoliados, los torturados y los asesinados, los exiliados y los refugiados, una legión.
Ahora que hace 40 años que murió nuestro dictador durante otros cuarenta años, Galeano también tiene en "Días y noches de amor y guerra" una muy oportuna definición para releer y rumiar: "La dictadura es una costumbre de la infamia: una máquina que te hace sordo y mudo, incapaz de escuchar, impotente de decir y ciego de lo que está prohibido mirar".
Para estos tiempos en los que nos inculcan que todo está tan mal que apenas hay margen de maniobra ni, por tanto, lugar para la menor reivindicación -otra forma de dictadura-, Galeano, muy vivo él, nos deja también un recordatorio: "La censura triunfa de verdad cuando cada ciudadano se convierte en el implacable censor de sus propios actos y palabras".
Como Juan Rulfo, del que nos dice que "dijo lo que tenía que decir en pocas páginas, puro hueso y carne sin grasa", Eduardo Galeano nos cuenta también su constante empeño en depurar su escritura al máximo: "Tratamiento para adelgazar. Decir cada vez más, con menos".
Galeano nos habla desde todas, desde cada una de sus páginas, con una fuerza y una pasión armada para remover conciencias, para lanzar alertas, para provocar pensamientos y reflexiones. Por eso resulta evidente que la noticia de su muerte es falsa. Lo seguiremos oyendo, viendo y leyendo cada vez que lo necesitemos. A menudo.
En "Días y noches de amor y guerra" nos cuenta cómo descubrió que estaba predestinado a ser un cazador de palabras: "Para eso había nacido. Esa iba a ser mi manera de estar con los demás después de muerto y así no se iban a morir del todo las personas y la cosas que yo había querido". Muchas cosas, muchas personas: los pobres, los desposeídos, los expoliados, los torturados y los asesinados, los exiliados y los refugiados, una legión.
Ahora que hace 40 años que murió nuestro dictador durante otros cuarenta años, Galeano también tiene en "Días y noches de amor y guerra" una muy oportuna definición para releer y rumiar: "La dictadura es una costumbre de la infamia: una máquina que te hace sordo y mudo, incapaz de escuchar, impotente de decir y ciego de lo que está prohibido mirar".
Para estos tiempos en los que nos inculcan que todo está tan mal que apenas hay margen de maniobra ni, por tanto, lugar para la menor reivindicación -otra forma de dictadura-, Galeano, muy vivo él, nos deja también un recordatorio: "La censura triunfa de verdad cuando cada ciudadano se convierte en el implacable censor de sus propios actos y palabras".
Como Juan Rulfo, del que nos dice que "dijo lo que tenía que decir en pocas páginas, puro hueso y carne sin grasa", Eduardo Galeano nos cuenta también su constante empeño en depurar su escritura al máximo: "Tratamiento para adelgazar. Decir cada vez más, con menos".
Galeano nos habla desde todas, desde cada una de sus páginas, con una fuerza y una pasión armada para remover conciencias, para lanzar alertas, para provocar pensamientos y reflexiones. Por eso resulta evidente que la noticia de su muerte es falsa. Lo seguiremos oyendo, viendo y leyendo cada vez que lo necesitemos. A menudo.
viernes, 20 de noviembre de 2015
"Amigo miedo" se destapa en Ourense
En el escaparate de la librería EIXO, en Ourense, "Amigo miedo" y Ediciones de la Discreta compartieron espacio con otros nombres y sellos interesantes. En el interior, compartimos agradables momentos de conversación con un entrañable grupo de amigos de la memoria y de la lectura. Bonita forma de celebrar un día como el de hoy.
Comparto con quienes estábais en otras latitude una síntesis de mi intervención, que podría servir también para resumir las de las presentaciones del libro que celebramos anteriormente en Brumoso, en Santiago o en Verín.
Si
me permitís, empezaré reconociendo que, pese a haber nacido en Zamora, o quizás
precisamente por eso –porque desde Sanabria las comunicaciones solían ser
mejores hacia aquí que hacia allá–, Ourense es la primera ciudad de mi vida,
y reúne para mí, como casi todo en la vida, descubrimientos gozosos y otros que no lo fueron tanto.
Ourense
es, por ejemplo, la ciudad donde vi por primera vez la televisión, en un bar.
Es
la ciudad donde pude ver lo nunca visto: ¡una fuente de la que salía agua
hirviendo!
Ourense
fue también la ciudad donde comencé a perder la inocencia, en la consulta del
médico que me robó las anginas. Fue donde tuve mi primera experiencia sensual,
en un momento especialmente dramático que, sin embargo, no me acabó orientando
hacia el masoquismo, que yo sepa.
Hago
un resumen telegráfico de mi operación de amígdalas. Tenía siete u ocho años. Primer
engaño: camisa de fuerza vestida. Segundo engaño: me mandaron abrir la boca para extraer algo que no tenía dentro y me encontré con la boca de par en par, gracias a un artefacto mecánico que dejará trabajar al especialista. Primera percepción más que sensual,
sexual casi: la enfermera me sienta en las rodillas y me aprieta contra su pecho
para acabar de inmovilizarme. Las vestiduras del doctor acabaron tan manchadas
como si fuese un carnicero, porque no dejé de llorar mientras me extraía las
anginas. Pero no solo de llorar vive el niño, y yo, aquel día, tuve también
tiempo para gozar del roce.
El
tiempo, desde entonces, pasó de prisa. Medio siglo después ese niño se esfumó y
yo regreso a Ourense para hablar de Amigo
miedo, una novela que casualmente
reúne, a través del protagonista-narrador, las aventuras de un muchacho y los
recuerdos y experiencias del viejo en que se ha convertido.
AMIGO MIEDO
Pese a su relativa brevedad, en Amigo miedo hay varias novelas, según manifestó en las primeras
presentaciones Emilio Gavilanes, escritor y, para mí, editor. Está la novela
del guía del general Caminero. Está la novela de los secretos guardados en el
fondo de las conciencias que se acaban pudriendo si no encuentran una salida al
aire libre. Está la novela de la despoblación de las zonas rurales. Está, por
supuesto, la novela de la memoria y sus olvidos. Y está, desde luego, la novela
del miedo, que es la más recurrente, la que da unidad al libro, junto a la
presencia del general Caminero, como hilo conductor, como espina dorsal.
Creo que Emilio Gavilanes puede tener mucha razón en estas
apreciaciones, que valoro mucho porque además de coordinador de la edición y amigo
es, desde que le conozco, uno de mis autores preferidos.
Pero creo también que Amigo
miedo se puede explicar de una forma más sencilla, partiendo del trío de
elementos que otro de mis autores admirados, Miguel Delibes, consideraba
esenciales para la construcción de una novela: una persona, un paisaje, una
pasión.
Primera P: la persona
En Amigo miedo
existen dos protagonistas, un viejo y un muchacho, que son la misma persona. El
muchacho, por circunstancias del azar, se ve obligado a guiar hacia Portugal al
general republicano Gómez Caminero. Una aventura entre el miedo y la emoción
que condicionará toda su vida, envuelta en una sucesión de mentiras que le
sirven de coraza.
Solo cuando ya es un viejo, el protagonista de Amigo miedo se sentirá obligado a
reflexionar sobre la mentira que ha sido toda su existencia, cuando un
investigador de la historia se interesa por ese breve viaje en el que acompañó
al general republicano.
Además
del protagonista, como es natural, en el libro hay muchas otras personas. Está
el general, en una misión fugaz por Brumoso que dará mucho que hablar. Y están
todas las personas que viven en ese valle por el que pasa el general y que
quedan hablando, que achacan a Caminero cobardía, dando por hecho que huía de
la guerra que comenzaba.
En
su camino hacia Portugal, a lomos de un pequeño borrico que, al parecer, no le
evitaba tocar el suelo con las suelas de sus botas, el general Caminero se
encontró con un vecino que volvía con las vacas, montado en su propia borrica,
y que se detuvo a su lado.
Entonces
el general, ya relajado tras los apuros que había pasado en Sanabria, donde
estuvieron a punto de matarlo los propios defensores de la República,
manifiesta su interés por catar lo que el paisano lleva en la bota que cuelga
de su hombro. Ese momento deja una conversación escueta pero con suficiente
gancho para merecer una historia alrededor:
–¿Que
lleva ahí?
–Llevo…
¡aire! –era la forma de decir que el
contenido ya se había agotado
–Aire
es lo que llevo yo.
Real
o enriquecido por los sucesivos contadores, ese diálogo chispeante sirvió para
que, en el valle de Brumoso, se diese por sentado que el general huía de la
quema. Que la guerra no le apetecía. Que solo buscaba salvar su pellejo, en
Portugal o en América.
Y
están, además, otras personas: la familia, los amigos, los amores del
protagonista. Las emociones.
Segunda P: el paisaje
Amigo
miedo se desarrolla en el valle del Tuela al que yo llamo Brumoso, desde las
portillas de Padornelo y La Canda hasta Portugal. Es el trecho que recorre el
general Caminero, no para huir, sí para volver al cuartel general de la
República, tras verse incapaz de llevar
a buen fin la misión que le había encomendado el Gobierno.
Se
podría decir que el paisaje conforma la P más inmutable, porque los viejos más
viejos recuerdan los castaños centenarios de Brumoso con las mismas arrugas que tienen
ahora.
Pero
sería una falsa impresión. Pese a estar cerca del Penedo de los tres Reinos,
una teórica tierra de nadie, fue un espacio, un paisaje dominado por el miedo,
condenado a vivir entre el temor y el silencio durante muchos años, como tantos
otros.
El
paisaje del miedo ya casi ha desaparecido, con la desaparición de los más
viejos. Aunque sigue siendo común, entre los mayores, contar las historias de
antes en voz baja, rehuyendo corrillos.
La
atmósfera, el paisaje del miedo resiste.
Tercera P: la pasión
Aunque
hay amores y desamores, y salvajes venganzas, en este caso, la pasión principal
es el miedo. En una reciente entrevista, el historiador Paul Preston decía que
Franco invirtió en terror para perpetuarse en el poder. Se podría decir que
invirtió bien, porque cumplió sobradamente sus objetivos.
El
miedo es la pasión dominante en esta novela, la emoción que gobierna las
acciones y los silencios de los personas durante al menos medio siglo. En la
novela y en la realidad.
El
protagonista-narrador de Amigo miedo
es una persona que se ha pasado la vida amordazada por el miedo, por lo que vio
e intuyó de niño, por lo que le inculcaron sus mayores.
Por
miedo, el narrador vivió convertido en otra persona, oculto a la vista de todos.
Sólo cuando ya es un anciano, cuando comienza a pensar más en la muerte que en
la vida, es capaz de abrir las compuertas a sus vivencias, a sus pensamientos,
a la verdad.
Los
esquemas del contador cambian cuando una persona, ajena a su reducido círculo
vital, le demuestra que aquel general andaba en misión de paz, tratando de
parar la rebelión en los acuartelamientos del noroeste.
Y
entonces se desborda y cuenta todo. Reconoce que no fue forzado a servirle de
guía. Que no fue maltratado ni amenazado de muerte, como afirmó durante años,
para defenderse frente a las posibles, casi seguras represalias.
Entonces
cuenta su aventura, la de aquel día y la de toda una vida disfrazado bajo una
careta de mentiras.
Cuenta
de un modo un tanto caótico, mezclando primeros amores y primeras decepciones
con la atmósfera pre-bélica, la lucha por la vida en el campo con la huida
hacia las ciudades durante la prolongada posguerra, durante lo que Celso Emilio
Ferreiro tan bien definió como una longa
noite de pedra.
Para
mí, Amigo miedo no es una novela histórica. Nunca me planteé hacer eso, tal vez consciente de que
requeriría un duro trabajo de documentación e investigación.
Yo
sólo quise escribir una novela partiendo de esas historias sobre la presencia
del general en mi tierra, tantas veces escuchadas desde que era un muchacho.
Quise hacer una novela con lo que creo elemental para una
novela, que podríamos
simplificar como la doble E:
·
Emocionar
y
·
Entretener
Dos
objetivos que he procurado conseguir de forma paralela, contando las diferentes
historias que se dan cita en Amigo miedo
en pequeñas dosis para crear, además, una atmósfera de intriga, dado que al
lector siempre le queda pendiente saber algo más de la escena anterior, hasta
el final.
Esta
novela nace de una necesidad personal, la de reflexionar sobre los prejuicios, sobre las conclusiones apresuradas que
pueden hacer que andemos durante toda la vida ciegos o, por lo menos,
equivocados sobre asuntos de gran importancia. Amigo miedo
nace de la necesidad de reflexionar sobre la liviandad de la verdad, que a
veces es como las hojas del otoño que desplaza el viento. Reflexionar sobre cómo
algo puede convertirse en lo contrario.
Así,
podríamos afirmar que Amigo miedo es
novela de aventuras que incluye una reflexión ética sobre los juicios
apresurados y sobre los secretos y las mentiras que a menudo lastran la vida de
las personas.
De
esa contradicción entre lo que ocurrió y lo que se contó sobre Caminero nace Amigo miedo. No de la necesidad de
hacerle justicia al general republicano, que pasó por Ourense antes de buscar
Portugal vía Brumoso. En los libros de historia, ya la había encontrado, desde
que la historia dejó de ser dictada por el dictador Franco.
Cuatro
cintas, cuatro capítulos recogen la aventura del joven guía –la real y la
inventada para usar como protección–, pero también muchas otras historias que
el viejo recuerda y va desgranando al mismo tiempo. Historias
sobre los muertos en la Guerra Civil o sobre otras muertes como del hermano del
contador, víctima de un desgraciado juego de guerra.
El
narrador de Amigo Miedo cuenta lo que
le han pedido, su pequeña odisea como guía del general Caminero, y cuenta
además otras muchas historias de forma un tanto embarullada, como se suelen
contar las historias orales. Al final, el lector es quien debe ir poniendo
orden, colocando las piezas, haciendo el puzzle.
Y ya
para terminar, confesaré que, además de escribir una novela entretenida y,
sobre todo, emocionante, yo también quería hacer un modesto homenaje a la
generación de mis padres, la generación del miedo, la que tuvo que atravesar la prolongada noche de piedra, la que vivió durante años en una atmósfera que, estoy
convencido, tuvo muy poco que ver con la parte más dramática de mi experiencia
en la clínica del cortador de anginas que citaba al principio.
jueves, 22 de octubre de 2015
miércoles, 14 de octubre de 2015
jueves, 17 de septiembre de 2015
Siempre entre buenos amigos durante las primeras presentaciones de "Amigo miedo"
Las de este año fueron unas vacaciones de agosto para recordar, especialmente las presentaciones de Amigo miedo, siempre entre buenos amigos, con tiempo para la seriedad y para las risas. Mi agradecimiento, en primer lugar, para Pepe Lera, Emilio Gavilanes y Felipe Lubián.
Tanto en San Ciprián de Hermisende como en Lubián nos sentimos muy bien arropadas por más de un centenar de personas, también amigas, que mostraron su interés por la novela publicada por Ediciones de la Discreta, con el general Caminero como hilo conductor de una historia con acción y emoción que, en fechas próximas, presentaremos en Santiago de Compostela y Ourense, quizás en más plazas.
La presentación de Lubián encontró eco en La Opinión de Zamora. Con todo, lo más importante, con diferencia, fue el calor de la gente y el esfuerzo y el compromiso de todos los amigos de La Discreta que se desplazaron hasta Brumoso. Mil gracias a todos.
domingo, 6 de septiembre de 2015
La "Historia secreta del mundo", de Emilio Gavilaves, un buen libro de cabecera
Prefiero las canciones ricas
en matices, que solo se van descubriendo en sucesivas audiciones, a las
tonadillas que uno acaba silbando a los pocos segundos. Sospecho que por las
mismas razones prefiero los libros cuyo argumento no se puede contar fácilmente, que uno
tiene que intentar definir por su atmósfera y el poso que nos dejan.
Acabada una lectura, si el poso es favorable, uno a
menudo tiene la tentación de dejar el libro acabado en un lugar accesible. Uno
tiene dificultades para desconectar, teme perder la puerta hacia esa magia que
le ha acompañado. Tenerla localizada asegura poder volver.
La Historia secreta del
mundo de Emilio Gavilanes me ha acompañado durante los últimos meses. No he
sido capaz e colocarla en la estantería, junto con sus otros libros, a la
espera de una posterior revisión. La magia captada en la primera lectura me pedía
mantener cerca su evocadora portada, abierta a escenas siempre memorables.
Como las buenas canciones,
el libro tiene muchos matices, argumentos imposibles de resumir para animar a
otros lectores. Para los amantes de los buenos relatos se pueden recomendar Jack Calder, navegante sin vocación; o La alegría de la guerra; o El grito; o Lo más difícil de una historia es saber dónde empieza; o Ampurdán, final de guerra; o La nieta de Darwin. Y también otros
muchos, tal vez más breves pero no menos iluminadores: Pompeya, Una hoguera, Nieves perpetuas, Viaje por una provincia del
interior, Prados marinos, La pequeña deshollinadora, tantos otros.
Como los bocados que abren
nuestro paladar a nuevos sabores que necesitamos degustar lentamente, como el
café bien hecho que nos pide posponer la limpieza de dientes, los relatos y
microrrelatos de Historia secreta del
mundo piden seguir en nuestra mesita, una nueva lectura. La Historia secreta del mundo es, sin lugar a dudas, un buen libro de cabecera. No me extraña que
el libro esté entre los finalistas del premio Setenil, como lo estuvo hace diez
años El río, otro libro hecho con
madera semejante que también merece ser recordado y releído.
Hasta en sus pasajes más
duros y oscuros, Historia secreta del
mundo es un libro brillante, un libro que, por momentos, deslumbra. Un
libro del que destacaría la humanidad de los personajes, la piedad con la que
el autor nos los presenta, la piedad que destilan. Sin excepciones. Como la mujer
que pretendía entregarse al mar, atada a un ancla, pero que fue agredida y
asesinada momentos antes de que su cuerpo quedase petrificado tras la erupción
del Vesubio: “Mientras moría quizá
tampoco ella quería morir”. Como ese hombre que, en marzo de 1939, tiene
hambre, mucha hambre, ese hombre que roba un bocadillo y acaba “tan trastornado que no recuerda si ha matado
al niño” para conseguirlo. Piedad como la ese mulato al servicio de los
españoles que encuentra a José Martí, el poeta que lucha por la independencia
de Cuba, gravemente herido: “No se apure, don Martí, ya lo termino”. Piedad
incluso para Judas.
PD. Si te gusta el libro, no
conozcas al autor, aconseja un dicho. Emilio Gavilanes es una
excepción. Si os gustan sus libros y tenéis oportunidad de conversar con él,
hacedlo. Es como lo que escribe. Entrañable. Si no conocéis el libro, buscadlo en ladiscreta.com. Fácil de conseguir, difícil de olvidar.
domingo, 16 de agosto de 2015
viernes, 7 de agosto de 2015
Presentación de “Amigo miedo” en San Ciprián de Hermisende y Lubián
Para los que estáis allá y para los que podáis acercaros: el próximo martes, 18 de agosto, a
las 20 horas, presentación del libro Amigo
miedo en la escuela de San Ciprián de Hermisende (ou na aira das Bichas, según nos diga o tempo).
Y si Lubián os va mejor: la presentación
será el jueves, día 20, a las 22:30, en la Casa del Pueblo.
Amigo miedo recrea el paso
del general republicano García Gómez Caminero por Sanabria, en dirección a Portugal -en julio de 1936-, al tiempo que cuenta otras variadas historias de amores y desamores, de juegos que acaban en tragedias, de violentas venganzas.
En ambas presentaciones
intervendrá el escritor Emilio Gavilanes, autor experimentado y representante de Ediciones de la Discreta. En San Ciprián participará además
Pepe Lera, periodista de Radio Zamora. En Lubián acompañaranos o académico correspondente
da RAG Felipe Lubián.
Los interesados podrán adquirir el libro en las propias
presentaciones. Después, a partir de septiembre, se podrá conseguir en la
página de Ediciones de la Discreta (www.ladiscreta.com) o a
través de las librerías.
lunes, 29 de junio de 2015
Outra lectura de O castelo: Kafka ahora
As miñas primeiras lecturas de Kafka, sobre todo as de O
proceso, O Castelo e A metamorfose, foron especialmente desacougantes. Cos meus
inocentes primeiros vinte, gozando da liberdade do primeiro ano de
Universidade coma se fose un premio polos anos de encerro –como bolseiro– nun
internado gobernado por relixiosos, o universo de Kafka resultaba
abrumadoramente opresivo, unha atmosfera irrespirable. Levábame a un mundo
absurdo onde o máis irritante era a naturalidade e a resignación coa que os
protagonistas adoitaban asumir situacións absolutamente inxustas que requirían
rebeldía, reacción.
A relectura de O castelo, case catro décadas despois,
déixame máis preocupado ca irritado. Logo de coñecer algunhas cousas
sobre o funcionamento das administracións públicas e do labor dos funcionarios,
a miúdo atados polas indicacións ou pola falta de indicacións dos políticos,
agora o que lle acontece a K estráñame menos, non me cabrea tanto, dáme a
impresión de que a súa resignación é máis incomprensible, a única resposta
posible.
O libro é o mesmo. O lector cambiou. O preocupante,
agora, non é a falta de resposta contundente por parte de K. O preocupante agora
é, sobre todo, a resignación do lector, a naturalidade coa que lee a absurda
peripecia do protagonista, como unhas memorias dignas de crédito.
Despois da primeira lectura, onte, un respiraba fondo e podía
dicirse: menos mal que a vida non é así. Un podía soñar cun futuro onde
gobernase a lóxica e a racionalidade. Hoxe un case non se atreve a respirar (pode caer un novo tributo: se queren cobrar por aproveitar a calor do sol, por que non polo aire?). Un pregúntase
se Kafka era outro visionario, como Orwell, que xa sabía o que se nos viña
enriba. Poderes sen cara nin nome que nos gobernan –é un dicir–, troikas –outra
vez a k–, políticos que seica eliximos
pero dos non chegamos a saber máis do que K chega a coñecer do señor do
castelo, o conde de Westwest, ou do onmipresente Klamm, que nunca chegará ver,
que ninguén semella coñecer de primeiras.
Relín o libro e repaseino agora na
versión cinematográfica de Michael Haneke, que ofrece unha adaptación fiel e
crible. Vi a película coa mesma preocupante normalidade.
jueves, 12 de marzo de 2015
O lobo incendiario de Brumoso, á escolma de Galicia Encantada
A historia do lobo incendiario que sacábamos neste blog hai algún tempo, que logo foi recollido no portal de Galicia Encantada, acaba de entrar na escolma realizada por Antonio Reigosa que vén de publicar Edicións xerais. Das historias de lareira ou de vaqueiros e pastores (e lobos) ás historias de rede e de libro.
domingo, 8 de febrero de 2015
martes, 27 de enero de 2015
Breve enciclopedia de la infancia para emocionar e iluminar a adultos
Los amantes de las
definiciones suelen decir que la novela es un genero complejo, una estructura
de largo aliento, y también un producto en el caben los altibajos o, por
decirlo sin tapujos, los rellenos. Se dice que el relato, por el contrario, es
una luz que debe mantener la intensidad y brillar todavía más en el momento de
concluir, para dejarnos los ojos todavía viéndola después de haberse apagado,
después de haber concluido la lectura.
Breve
enciclopedia de la infancia (Edhasa) es una novela donde Emilio
Gavilanes –que también ha firmado cuentos magistrales–, no deja espacio para las
páginas fofas. Es una novela de relatos con algunos capítulos tan breves como
parpadeos y con historias más largas que tienen en común la intensidad y la
diversidad de las emociones.
La capacidad de asombro,
la peor crueldad y la mayor ternura, la acción y, sobre todo, la percepción, la
oscuridad y la iluminación. Todo ello habita en Breve enciclopedia de la infancia, que ganó el último premio Tiflos. Niños valientes y padres
asustados. Una ciudad en construcción y un campo que acoge la mayor parte de
las vivencias del grupo de niños protagonistas y que está llamado a
desaparecer, como la propia infancia, sin embargo predestinada a ocupar la
mayor parte de la memoria de quienes un día no muy lejano, si el destino lo
permite, serán ancianos.
A la hora de comentar y
recomendar un libro así uno siente la tentación de incorporar entrecomillados
para apropiarse –de algún modo– de la magia, de los hallazgos que le han hecho
estremecer, vibrar, reír, temblar, llorar, emocionarse en cada página. Uno se
contiene y se limita a concluir apuntando que este es uno de esos libros de los
que salimos sintiendo que nos han hecho mejores, que nos recuerdan lo sabios que
éramos de niños pero, también, lo incompletos que somos de adultos.
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