Me sumerjo en "Bazar" (Emilio Gavilanes, Ediciones de la Discreta) y alcanzo el cajoncito (página ) con el número 50 casi sin darme cuenta.
Me detengo.
Entrañable y emocionante, como siempre.
Reconfortante, como nunca.
Necesario.
Me detengo con cierta sensación de culpa. Siento la tentación de dosificar la lectura para que me dure hasta el fin del confinamiento.
No creo que pueda.
Además, la relectura sin duda traerá nuevos descubrimientos, perlas ocultas a primera vista.
Seguiré.
Lo necesito.
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